La misma compañía japonesa que ha vendido miles de autos eficientes en todo el mundo, Toyota, ha trabajado discretamente para bloquear las nuevas normas de rendimiento de combustible y emisiones a la atmósfera en México.
Las nuevas normas a discusión en México, son las mismas que la automotriz ya cumple en otros países. Por lo cual, organizaciones ambientalistas estadounidenses como Natural Resources Defense Council (NRDC) han calificado las acciones de Toyota como irónicas.
Las autoridades mexicanas, la industria automotriz y grupos ambientalistas han trabajado desde julio de 2012 en la norma “NOM-163” que busca armonizar las regulaciones mexicanas con las de EUA y Canadá. La norma busca que los automóviles nuevos tengan un rendimiento de combustible 14.9 km/L para el 2016 en México.
NRDC señala que la adopción de la NOM-163 beneficiaría a los fabricantes de automóviles para tener líneas de producción consistentes en la región; ahorraría dinero a los consumidores en costos de combustible donde sea que vivan y protegería al ambiente al reducir las emisiones de contaminantes producidas por autos nuevos vendidos en Norteamérica.
La nueva norma les ahorraría alrededor de 513 mil millones de pesos a los conductores mexicanos, reduciría los gases de efecto invernadero por 170 millones de toneladas y significaría un ahorro de 70 mil millones de litros de combustible.
Durante el proceso de comentarios públicos de 60 días antes de que entrara en vigor la norma, no se escuchó alguna objeción técnica a la propuesta. Sin embargo, Toyota presentó discretamente una demanda legal ante el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa a principios de septiembre para impedir que la propuesta fuese considerada.
“En vez de trabajar dentro del proceso regulatorio, Toyota entabló una demanda jurídica contra una simple propuesta regulatoria con ninguna otra oposición. Para rematar, Toyota logró que el tribunal acordara detener la propuesta antes de que se concluyera el proceso de finalizarla y antes de que el público se diera cuenta de lo que trataba de hacer”, NRDC.
La comunidad ambientalista no esperaba que Toyota se comportara con esta doble moral y la acusó de greenwashing por disfrazarse como una empresa con conciencia ambiental.
FOTO Erik Centeno