Compartir e intercambiar te da más
Ante la convergencia de la crisis económica, el cambio climático, la tecnología y la necesidad de convivencia en comunidad, están surgiendo muchas iniciativas alrededor del mundo para compartir cosas y colaborar. Es así que podemos reducir enormemente nuestra huella de carbono y ahorrar dinero al dejar de poseer cosas. Hoy vivimos en una aldea global que está imitando los intercambios cara a cara pero llevándolos a una escala sin precedentes gracias a la tecnología.
Compartir se está convirtiendo en una fuerza económica que transformará los negocios, el consumo y la forma de vivir. También nos permite construir vínculos con otras personas y fortalecer el tejido social. Esto último abona a una mayor capacidad de resistencia de nuestras comunidades ante problemas económicos y desastres naturales.
Muchos ya lo estamos haciendo sin saber que somos parte de esta tendencia económica y ambiental. ¿Compartes un coche con algún miembro de tu familia? ¿Alguna vez has pedido prestado un taladro? ¿Has regalado cosas que ya no usas? Bienvenido al mundo de compartir: lo mío es nuestro.
Intercambio, trueque, venta directa, colaboración, reparación, regalos, renta, uso más eficiente de las pertenencias… la tecnología está permitiendo que la gente recupere métodos para vivir bien con menos y su contribución al cambio climático sea menor al reducir su consumo.
Los estudiosos del tema han clasificado en tres categorías las formas en las que estamos compartiendo con nuestra comunidad: sistemas producto/servicio, mercados de redistribución y estilos de vida colaborativos.
Sistemas producto/servicio
Los sistemas de producto/servicio permiten ofrecer bienes en forma de un servicio en lugar de venderlos como productos. Este sistema resulta interesante para un sector de la población que piensa en el “uso”; quieren los beneficios que ofrece un producto, pero no necesariamente necesitan poseerlo. Uno de los ejemplos más exitosos es quizá Zipcar, empresa que comenzó a operar hace más de diez años bajo un esquema de renta de coches por horas, en otras palabras, compartir coches. Los sistemas de préstamo de bicicletas que están apareciendo por todas partes son otro buen ejemplo. Ecobici en la Ciudad de México ha resultado ser todo un éxito que se expandirá en 2011 a otras zonas de la urbe.
Mercados de redistribución
En los mercados de redistribución se mueven bienes usados o de segunda mano de un propietario que ya no los necesita a otro que sí los necesita. Las tiendas y espacios para productos de segunda mano han existido siempre; la publicación Segundamano es claro ejemplo en México. Existen también mercados y tiendas especializadas en vender muebles, ropa y antigüedades. La tecnología ha permitido llevar esto a mayor escala como el sitio web Freecycle que facilita que la gente comparta cosas gratis. Otros sitios como eBay, Mercado Libre y Craiglist permiten a la gente vender sus bienes por dinero directamente al comprador. Sitios web como Swap y thredUP están orientados a intercambiar productos, mientras que las fiestas de intercambio de ropa (clothe-swapping o swishing) están viviendo un auge global.
También están surgiendo sitios que ayudan a que la gente rente sus aparatos o herramientas como Snap Goods y Share Some Sugar. Mientras que las tiendas gratis son simplemente un anaquel o espacio en los que la gente deja las cosas que ya no le sirven para que otras personas se las lleven gratis.
Se dice que “redistribuir” será la quinta “R” de la frase: reduce, reusa, recicla y repara”.
“Busco pintura de aceite negra y acrílica blanca. Cualquier sobra me sirve.”
Usuario de Freecycle en la Ciudad de México
Estilos de vida colaborativos
Gente con las mismas necesidades o intereses se une para compartir e intercambiar activos menos tangibles como tiempo, espacio, habilidades y dinero. Esto existe principalmente a nivel local o de barrio ya que la gente comparte espacios para trabajar, jardines o lugares para estacionar.
SharedEarth es un sitio que enlaza a dueños de terrenos con fanáticos jardineros y ParkatmyHouse une a gente que tiene un lugar extra de estacionamiento con los que buscan un espacio para su auto. Este último es como poner un letrerito en tu casa pero con mayor público.
El préstamo de dinero es otro rubro al que se ha llegado gracias a sitios como Zopa y Kickstarter que permiten el préstamo entre particulares.
Por otro lado, ahora viajar puede ser más barato gracias a CouchSurfing (CS) que sirve de vínculo entre quienes tienen una cama extra y quienes buscan una opción de hospedaje gratis. Los usuarios de CS están interesados en ayudar pero principalmente en conocer toda la clase de caracteres que pueden llegar. La otra modalidad que existe desde hace mucho tiempo son los famosos Bed&Breakfast que consisten en familias que rentan un cuarto extra de su casa a turistas.
El intercambio o donación de habilidades también va en aumento. En el Reino Unido existe Time Bank, organización que apoya a que la gente done su tiempo y conocimientos y otros aprendan cosas. La filosofía detrás de Our Goods es el trueque que permite a la gente apoyarse para desarrollar sus proyectos.
En vez de derrochar su dinero, la gente a la que le gusta mejorar su casa personalmente puede pedir prestado o rentar herramientas para algún proyecto de fin de semana y los campistas pueden rentar equipo por viaje. Los viajeros que buscan hospedaje económico pueden quedarse en el cuarto desocupado de alguien por una fracción del costo de un hotel. ¿Qué hay de la gente que presta o renta sus cosas? Para ellos representa una opción para ganar dinero extra por sus posesiones que no usan mucho.
Algunos expertos señalan que, al menos en Estados Unidos de América, detrás de estos servicios hay más que ahorros. La razón por la cual podría estar ganando popularidad el hecho de compartir cosas es porque se refuerza el sentido de comunidad, de consumo sustentable y se reduce la generación de residuos.
El primer paso para crear una vida compartida es revisar lo que ya estás compartiendo. El siguiente paso es preguntarse qué más puedes compartir.
ILUSTRACIÓN Milk Shake Design
FOTO Woop
Este artículo fue publicado originalmente en Boletín Reconecta 09.