La química verde

Tradicionalmente, las decisiones para iniciar el desarrollo de un nuevo producto químico han considerado la disponibilidad de las materias primas, la viabilidad del proceso, el rendimiento de las reacciones, pero sobre todo las ganancias económicas que podrán obtenerse; todos ellos criterios que nada tienen que ver con proteger el ambiente. Desde hace muy poco tiempo se comenzó a ver puntos como el ahorro de energía, el aprovechamiento racional de los recursos naturales o el control de la contaminación durante los procesos químicos para definir si conviene o no producir una sustancia. Es en este contexto que surgió la química verde.

La química verde, que originalmente solo fue una nueva forma de hacer química, es hoy un enfoque multidisciplinario que abarca a otras ciencias como la ecología, la toxicología y la ingeniería. La química verde es una forma de concebir a los procesos químicos como parte de la solución para prevenir o reducir los problemas ambientales generados por la producción industrial. Es un esfuerzo colectivo, de los gobiernos, las empresas y la sociedad para reducir al mínimo, o de ser posible eliminar por completo, la contaminación desde su raíz, y no con soluciones de “final de tubo”; es decir, cuando ya hemos ensuciado el agua, el aire o el suelo.

Consiste en diseñar y utilizar productos y tecnologías industriales innovadores que reduzcan o eliminen la generación de sustancias peligrosas para el ambiente, las personas y los materiales, no sólo durante la manufactura, sino a lo largo de todo su ciclo de vida. Es una forma de evitar el costo social ocasionado por la exposición a sustancias tóxicas para la salud humana y los ecosistemas, el agotamiento de los recursos naturales no-renovables y la disposición inadecuada e indiscriminada de residuos peligrosos.

Echa mano de estrategias como el diseño molecular, la vigilancia precisa de los equipos industriales, el control de inventarios, la optimización de procesos, el reciclaje de residuos y el uso eficiente de insumos para reducir o eliminar los costos asociados al tratamiento de desechos y aguas residuales. Su idea es generar un mínimo impacto al ambiente y los seres humanos sin sacrificar el avance científico y tecnológico, la rentabilidad de las empresas o la viabilidad comercial de los productos.

FOTO Sivi Steys

Ania Mendoza Cantú

Bióloga por la Universidad Nacional Autónoma de México y posgrado en Toxicología en el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del Instituto Politécnico Nacional. Ha publicado en múltiples ocasiones sobre riesgos ambientales, bioensayos y plaguicidas. En su tiempo libre disfruta pasar tiempo con su hijo y dos hermosas perritas chihuahua.

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