Into Eternity : Onkalo

Perturbador, surrealista y bello son tres adjetivos que apenas esbozan lo que este documental nos permite ver, pero sobre todo reflexionar alrededor de los límites de la condición humana y  los alcances soberbios de nuestra visión del mundo.

El director Madsen, con un amplio bagaje en el arte conceptual, realiza un acercamiento casi inocente pero sagaz a un tema que rebasa la imaginación: ¿Cómo construir un cementerio de desechos nucleares que dure 100,000 años? Por inverosímil que pueda esto parecer, el gobierno de Finlandia ha emprendido ya  la tarea titánica y aún le restan 90 años por delante para cumplir la empresa.

En un carácter casi contemplativo y de asombro, la primera parte del documental es un esfuerzo por entender la complejidad de un proyecto de estas dimensiones y, hasta ese punto, el filme se muestra poco crítico. Datos técnicos, planeación y detalles del complejo sistema que se está construyendo en el norte del país escandinavo se revelan ante nuestros ojos de manera nítida.

Sin embargo, a partir de la segunda mitad del filme, el realizador dotado de una mano privilegiada descubre los intersticios conceptuales del proyecto y pone en jaque a los propios ejecutores del mismo confrontándolos con serias y profundas preguntas que gravitan el plano existencial. Planos lánguidos y extensos hacen del espectador cómplice de la desolación real y metafórica a la que todos los involucrados se exponen día  a día.

Lo que prosigue no es sino confrontarse ante esta pieza que se debate entre lo documental y conceptual y que exige una mirada que revise la futilidad de nuestra existencia así como de nuestros intentos por controlar lo indomable.

Into Eternity
Director Michael Madsen
Dinamarca / Finlandia / Suecia / Italia
75 minutos
[youtube]https://www.youtube.com/watch?v=xoUkhOup1C4[/youtube]

Adrián Peña

Arquitecto melómano y admirador de la naturaleza. Viaja en cada trayecto que hace por el placer de encontrar nuevas experiencias, especialmente en aquellas dónde el color de la naturaleza invada el paisaje. Se inspira en el sonido para crear espacios internos, que transmite a través de escritos, objetos y pláticas de café. Deliberadamente crítico sin perder la pizca de ingenuidad que ronda su aura.

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