El escritor Thoreau habla de indumentaria dentro de su obra Walden, sus ideas resultan sobresalientes tanto por la forma simple y humorística con que expresa el sentido de practicidad en el vestir como por las reflexiones críticas, profundas y actuales sobre lo que en realidad es “la moda” y la lamentable sobreimportancia que como hombres le hemos asignado, dejando de lado lo verdaderamente esencial.
Thoreau escribió Walden ya entrada la revolución industrial, cuando la industria textil generó las condiciones apropiadas para que la “moda” emergiera como fenómeno de masa. La moda ha sido generalmente criticada desde diversas perspectivas éticas, morales, sociales, económicas y ambientales. Por ejemplo, no puede existir el concepto de “moda” sin basarse en la generación de deseo, envidia y vanidad. La moda pierde sentido si no existe el deseo por una prenda. Si no se genera envidia al portar una prenda, la moda no tiene futuro. ¿Es ético que haya hambre en el mundo mientras que se producen prendas para modas desechables? ¿No sería mejor producir alimentos en las tierras que se destinan al cultivo de fibras para producir ropa?
Hablando de cuestiones éticas mezcladas con económicas, podemos hacer las siguientes preguntas:
¿Es sensato que una prenda pueda costar tanto que haya gente que ni trabajando toda la vida pueda juntar el dinero para comprarla? Del precio pagado por las prendas, ¿cuánto va realmente a parar al bolsillo de la gente que las fabrica y cuánto al del que las comercializa? ¿Es razonable que el precio de una prenda pueda bajar hasta un 90% en cuestión de días una vez terminada la temporada de “moda”? ¿Es esto un comercio justo? Sobre el impacto social, también puede decirse de ella que actúa como medio de segregación al hacer evidentes las diferencias entre clases sociales y marcarlas a través de lo externo.
Y por último, en lo referente a lo ambiental, ¿será bueno para la Tierra producir ropas con tejidos que no son fácilmente reciclables ni reutilizables tan solo para estar a la “moda”? ¿No es excesivo el consumo de energía solo para transportar las prendas, miles de kilómetros de distancia para estar “in”? ¿Qué tal los pesticidas empleados en la producción de algodón? Las preguntas son tan innumerables como polémicas.
La visión de Thoreau fue bastante adelantada para su época, pues a través de su ojo crítico supo señalar
de forma muy clara la superficialidad de lo que ahora llamamos “industria de la moda”, ese monstruo voraz,
irresistible, cruel, pero sobretodo insustentable.
Si Henry David Thoreau aún viviera y lo hubiera entrevistado, esta sería nuestra conversación. Las siguientes respuestas fueron tomadas de su libro Walden.
Señor Thoreau, buenas tardes. ¿Podría decirme cuál es, para usted, el propósito del vestido?
Buenas tardes, claro que sí, “el objeto del vestido es, ante todo, conservar el calor vital, y en segundo término – en la presente etapa de la sociedad-, cubrir nuestra desnudez.”
¿Qué opina usted sobre la forma en que el hombre moderno realiza cambios en su guardarropa?
“Yo aconsejaría mucha cautela en todas aquellas empresas que exigen renovación de traje en vez de renovación del portador del traje. Si no hay nuevo hombre, ¿cómo esperar que la ropa nueva se ajuste a él? Cuando tengamos que acometer una empresa, hagámoslo con nuestros vestidos viejos. Lo que el hombre necesita, más que medios de acción, son fines, esencia: ser algo. Quizá nunca debiéramos adquirir un traje nuevo, por sucio y andrajoso que esté el viejo, hasta habernos trazado una conducta, marcado un camino, embarcado en una empresa de tal naturaleza que nos haga sentir hombres nuevos en traje viejo y experimentemos la sensación de que conservar éste sería como poner vino reciente en botellas usadas.”
“Porque solo cuando están sueltos los pies y las manos, y cómodo el cuerpo, puede estar cómodo el corazón también”. Lin Yutang
¿Qué nos puede decir sobre el fenómeno que llamamos “moda”?
“Por lo que se refiere a la indumentaria…creo que nos dejamos llevar más por la novedad y las opiniones ajenas que por el sentido utilitario”.
“Toda generación se mofa de las modas antiguas, pero sigue religiosamente las modernas.”
“…y a cierta distancia – en el espacio o en el tiempo – cada uno se ríe del disfraz del otro.”
“El gusto pueril y salvaje de hombres y mujeres por los nuevos modelos los tiene agitados y bizcos, como si miraran por un caleidoscopio, a infinidad de seres empeñados en descubrir la hechura especial que reclama la generación de hoy. Los fabricantes saben que ese gusto es meramente caprichoso. De los modelos que difieren sólo en unos cuantos hilos de más o de menos, de un color determinado, uno se vende rápidamente y el otro se queda en el estante; ocurre muchas veces que, al cabo de una temporada, éste último es el que se pone de moda.”
¿Qué piensa usted sobre la forma en que se produce la ropa?
“Me resisto a creer que nuestro sistema de fabricación sea el mejor para que el hombre pueda proveerse de ropa…ya que, por lo que he oído y observado, el objeto principal no es que la humanidad se vista con propiedad y decoro, sino que las empresas puedan enriquecerse.”
¿Creé usted que la forma de vestir se relaciona de alguna forma con lo que las personas son realmente?
Ciertamente “Los vestidos se amoldan a nosotros cada día más, recibiendo el sello personal del que los usa, hasta el punto de que, al abandonarlos entre dudas y vacilaciones, lo hacemos con cierta solemnidad.”
“Sería interesante averiguar hasta qué punto conservarían los hombres sus relativas jerarquías si se despojasen de sus ropas. ¿Podría usted, en tal caso, decir, sin equivocarse, cuál es, entre un grupo de civilizados, el que pertenece a la clase más respetable?”
Por otra parte, “Ninguna persona ha desmerecido nunca en mi estima por tener un remiendo en su indumentaria. Sin embargo, estoy seguro de que la gente ambiciona más la elegancia, o al menos llevar ropa aseada y sin zurcidos, que tener la conciencia limpia. Una rasgadura, aunque no esté cosida, no revela en último caso más que desidia… Antes preferirían ir por la calle renqueando, con una pierna quebrada que llevar roto el pantalón. Si un caballero sufre un accidente en las piernas, estas pueden componerse; pero si el percance le estropea el pantalón, considera que no tiene arreglo. Todo porque no atiende a lo que es verdaderamente respetable, sino a lo que es respetado. Hay pocos hombres; pero existe una cantidad enorme de pantalones y chaquetas.”
¿Desde su experiencia, que características debería tener la ropa ideal para una persona?
“Sería deseable que el individuo fuese siempre vestido con tal sencillez que pudiera palpar su propio cuerpo en la oscuridad, y que viviese tan comprimido y preparado en todos los aspectos que si un enemigo asaltara la ciudad, él estuviera, como aquel filósofo de la antigüedad, en condiciones de salir por las puertas con las manos vacías y sin la menor preocupación.”
Muchas gracias por su tiempo señor Thoreau…
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