Especismo

El debate sobre el vegetarianismo, el veganismo y el consumo de carne en general está de moda en los periódicos y revistas. Es un tema sensible y no se puede negar su importancia en el discurso ecologista de hoy. Se habla de muchas razones para dejar de comer carne: los gases de efecto invernadero producidos por la industria, el impacto negativo para la salud de la carne roja y de los productos lácteos, la reducción de agresividad, la paz que se encuentra, los aspectos económicos, etc. Todas estas razones son más que valiosas. Sin embargo, en el debate se olvida mucho de hablar de las razones filosóficas que pueden llevar a uno a no consumir más productos de origen animal, una de estas filosofías es el especismo.

¿Qué es el especismo? José Ferrater Mora lo define de esta forma:

“El especismo es respecto a la especie humana entera lo que es el racismo respecto a una raza determinada, ser especista es ser “racista humano”. (—) El reconocimiento del humano como especie se transforma en especismo cuando equivale a la negación de derechos a otras especies, que no a la humana.”

El especismo se trata de pensar que nuestra especie tiene más derecho en esta tierra que los demás. No solamente nos pone como superior sino con derechos sobre otras especie y nuestro entorno. Encontramos sus raíces en la religión, principalmente la cristiana que dice que todo en la tierra fue creado por el hombre, como un regalo de dios. Aceptar esta verdad es renunciar a todas las teorías de la evolución y particularmente a la idea de que somos mamíferos. Es cierto que el humano tiene capacidades especiales que le permitieron descubrir toda la tierra y administrar sus recursos, dominando a todas las especies. Podríamos decir que somos los más fuertes. Según la ley del más fuerte, eso nos daría derecho a controlarlo todo y a explotarlo todo, ¿solo porque uno puede dominar a otro tendría el derecho de hacerlo?

¿Estaríamos todos de acuerdo en que este tipo de comportamiento sobreviva en nuestras sociedades y el más fuerte -o el más poderoso- todavía tenga el “derecho” de subordinar a los demás? ¿Si rechazamos la explotación de un pueblo por otro pueblo por qué aceptamos la explotación de una especie por otra?

Aquí se trata de esclavitud, los animales son nuestros esclavos. Se calcula que matamos 100 mil millones de ellos cada año. Ni siquiera los necesitamos, ya que está comprobado que una dieta vegana equilibrada nos puede dar todo lo que el cuerpo necesita. La razon para la matanza de todos estos seres vivos seria nada más el gusto.

Nos aprovechamos de todos los animales como si fueran nuestra propiedad. Nos gusta apoderarnos de un perro, un gato o cualquier otro tipo animal, confortándonos en la idea de que les damos amor y cuidado. Nunca ponemos en duda nuestro derecho a poseerlos y a dejarles libres de elegir su destino. ¿Amamos a los animales? Los tenemos encerrados en rejas, casas; los forzamos a quedar cerca de nosotros. ¿Amar es poseer?

Les invito a re-pensar nuestro derecho a explotar a otras especies, a poseer otros seres vivos y forzarles a vivir como nosotros lo deseamos. Les invito a cuestionarse sobre nuestros derechos con nuestro entorno y los seres vivos que comparten esta tierra con nosotros.

FOTO Cortesía de Think Vegan

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Ben Lesage

Francés de nacimiento, emprendió un viaje sin dinero desde Holanda para llegar hasta Mexico en 2010, todo en ride (aventón) y barco ride, buscando la manera de vivir más en armonía con la naturaleza. Desde entonces, se dedica a cambiar su vida y a inspirar a los demás a buscar su propia armonía. Esta es la página de su proyecto www.forwardtherevolution.net

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