*Para lectores latinoamericanos, popote es con lo que se succiona el líquido de una bebida.
Imagina, ponte a pensar si fueras dueño de una planta de carbón y simplemente no puedes deshacerte de ella (quizá por adicto a esa energía) pero quieres combatir el cambio climático. Mmmm … No, eso no… construir enormes túneles de ventilación en el Ajusco ya se le ocurrió a algún alucinante personaje hace ya algunos años. Además, eso fue solo para sacar la contaminación de la Ciudad de México. Piensa un poco más, pero… por ahí vas, solo aprieta tu encéfalo. Sí, ya casi… ¡exacto! A la contaminación que generamos en estas plantas, que ahora se echa a la atmósfera y genera el cambio climático, le podemos poner un súper popote de altísima tecnología y echamos bajo tierra. Así es, la misma lógica de barrer la basura de bajo del tapete, ahora, las grandes empresas mineras de carbón, junto con empresas ligadas a la extracción del petróleo, se han inspirado en este milenario remedio de esconder la mugre debajo del tapete. Como por arte de magia… ¡ya no hay contaminación por CO2! A EUA y a China les encanta esta idea. “Así podríamos seguir extrayendo toneladas de carbón, destruyendo miles de hectáreas de ecosistemas y evitar que las economías de los países sobredesarrollados (basadas en los combustibles fósiles) colapsen. Que bien ¿no? Pero momento, este gran popote tecnológico no estaría listo en menos de unos cuantos años ya que los popotes de alta tecnología cuestan millones de dólares. También se requiere de plantas generadoras de energía basadas en carbón diseñadas para que se les coloque este popote salvador del planeta, el cual se insertará en la carpeta terrestre. Pero además, la tecnología del gran popote ¡no existe todavía! Como te puedes imaginar, desarrollar este popote toma mucho tiempo. Bueno, existen actualmente 4 proyectos piloto, el más viejo se encuentra en el mar del norte y es desarrollado por Noruega. De hecho, este comenzó como una forma de evitar pagar impuestos por emisiones de carbono por parte de la empresa petrolera Statoil. Los otros proyectos se encuentran en EUA y Canadá.
Una vez más, el niño adicto (léase EUA y sus secuaces los países disque desarrollados) evitando a toda costa combatir su adicción a los combustibles fósiles, han recurrido al oráculo de la ridiculez para salir con excusas de adictos para no dejar su droga.
Bueno, pero fuera de broma, esta tecnología, llamada Captura y Almacenamiento de Carbono o CAC (que por cierto estoy muy tentado en llamarla CACA) se está impulsando por medio de los lobbies/cabilderos internacionales con millones de dólares y hasta la IEA (International Energy Agency) está presionando a los gobiernos para investigar y comenzar a adoptar esta tecnología.
Insertarle el gran popote de CACA a la tierra definitivamente suena mal, y querido lector, ¿le suena vulgar? Pues sí. Así como suena de vulgar esta descripción, así de ridículo y nefasto es para el planeta y para cualquier verdadero esfuerzo para resolver el cambio climático y combatir con verdaderas soluciones la adicción humana a los combustibles fósiles. (Recientemente, NOAH Amigos de la Tierra Dinamarca llevó a cabo un estudio sobre esta tecnología).
Pero ¿qué significa? Muchos dirían, bueno, no está tan mal hacer esto, puede ser una buena idea. ¡Pero hay más! Las grandes empresas que planean invertir en este tipo de tecnología, pretenden que los gobiernos de los países que utilizan carbón para obtención de energía, también inviertan en esta tecnología. ¿Qué pasa cuando la inversión gubernamental y la privada se concentran en una tecnología? Otras tecnologías compiten por esos fondos. Y pues, exacto, tecnologías limpias que sí resuelven muchos problemas ambientales, competirían por los fondos de investigación y desarrollo de muchos de los gobiernos y organismos internacionales que financian estas tecnologías. Es decir, y para hacértela más facilita, el popote de CACA estaría compitiendo contra los molinos de viento que nos dan energía limpiecita. Claro, como las empresas de carbón y de petróleo tienen mucho más dinero para influenciar a los políticos y tienen más conectes en el gobierno, los posibles perdedores serán las empresas que impulsan tecnologías limpias. Pero además, estas empresas carboníferas pretenden utilizar esta tecnología para muchas otras fechorías, como inyectar el CO2 en el mar, y pues como algunos saben, esto acidifica el océano y evita que muchos organismos no logren sobrevivir…
Seguramente te estás preguntando si esta tecnología llegaría a América Latina. ¿Qué nos importa si nunca llega? América Latina tiene mucho que decir, demandar y lamentar con estas tecnologías falsas y tramposas que sólo les sirven a los drogadictos de la sangre negra. Las grandes empresas petroleras y del carbón, lo único que hacen al impulsar esta tecnología es decidir por ti, por el futuro de tus hijos, su calidad de vida y el futuro de la civilización. Aunque estas plantas se construirían en lugares tan lejanos como China, India, Canadá y EUA, a todos nos tocan las secuelas de las drogas en un cuerpo enfermo.
Las grandes empresas deciden el futuro de todos sobre el planeta, sin distinción. Ellos deciden si se derriten los polos o no, si en América Latina tendremos más desiertos, más inundaciones, más lluvia en algunas partes que en otras, etc. Y esto por supuesto que nos afecta a México y a los demás países. Pero NO, no te sientas como que no puedes hacer nada, la solución la tenemos todos los días en frente de nosotros, es solo cosa de hacer las conexiones y no caer en las trampas. Sí hacemos la diferencia al participar como sociedad civil y al cambiar nuestros hábitos de consumo y de vida. Pero también tenemos que entender que el sistema económico tiene que cambiar, ya que éste es el que permite que estas empresas sean tan poderosas. “Cambia el sistema no el clima” como dicen por ahí. Sí, ese sistema se llama capitalismo… y NO, no tengan miedo en criticarlo, porque la verdad, si es el monstruo. Pero no entraré en ese debate ahora. Lo que sí voy a decir ahora es que no hay que tenerle terror al cambio, porque es mejor tenerlo a la buena que a la mala, y si no lo hacemos conscientemente, el cambio llegará a la mala, y ni siquiera el gran popote podrá salvarnos de nuestra miseria.
AUTOR: Carlos García-Robles
Foto: Match Stick