Cuidado con las falsas alternativas

La otra vez se me cayeron los pantalones cuando leí una nota que planteaba a la energía nuclear como alternativa al petróleo. ¡Jesús Cristo! ¡De Guatemala a Guatepeor! ¡Con esto lo único que están haciendo es quitarle el cuchillo a Jack y darle una ametralladora!
Los grandes lobbies de la energía nuclear reclaman que esta tecnología no emite gases de efecto invernadero, pero simplemente con la construcción y mantenimiento de una planta nuclear se producen toneladas de CO2.

Además, el desecho nuclear y sus secuelas son brutales. Imagina que en 300 años te encuentras disfrutando de un picnic y de repente llega tu hijo con una piedrita verde brillosita en la mano y pregunta: ¿qué es esto? Hoy los británicos no saben qué hacer con el desecho nuclear. NO, la solución no es la nuclear, las soluciones más viables siempre serán las sencillas, y en este caso, las energías renovables, que no nos engañen. 
¿Seguridad energética?
 No, yo no estoy de acuerdo con James Lovelock cuando dice en su “Venganza de Gaia” que la energía nuclear podría ser una alternativa para combatir el cambio climático (aunque para Lovelock ya es demasiado tarde de todos modos).

Todo esto tiene que ver con la súper centralización tecnológica de la generación de energía. El problema central de la seguridad energética para nosotros los mortales, no es la posibilidad de la falta de suministro, sino la falta de democracia en la toma de decisiones sobre cuáles han de ser los recursos energéticos a utilizarse para la obtención de energía. Si por mi fuera, toda la energía sería solar o eólica, pero en México como en muchas partes del mundo, los que deciden eso son las grandes empresas y sus deseos de centralizar la generación de energía para concentrar las ganancias en sus bolsillos. Si pudiéramos decidir democráticamente la fuente de la energía que usamos, considerando factores económicos, sociales y ambientales, no existiría esta extrema centralización del poder energético. A la vez, no sucederían grandes accidentes provocados por grandes empresas como BP, lo pequeño es hermoso decía Schumacher.

Para los que están interesados en firmar peticiones online pueden visitar “Seize BP”. 
Para los que quieran ver una interesante campaña de limpieza del Golfo de México, Unfuck the Gulf es la onda.

AUTOR Carlos García-Robles

Carlos García-Robles

Licenciado en Relaciones Internacionales por la UNAM y Maestro en Planeación Ambiental por la Universidad de Roskilde en Dinamarca. Fue coordinador nacional de GYAN México, es actualmente coordinador de diversos proyectos en Amigos de la Tierra Dinamarca e imparte clases sobre energías renovables y sustentabilidad en Dinamarca. Además es guitarrista en varias bandas de heavy metal. Carlos escribe principalmente en la columna Desde el Frente de Reconecta.

Top