Creados para ser desechados

La cultura de consumo en la que vivimos ha sido creada para “mantener a la economía en movimiento”, esto significa que nos debemos mantener comprando productos. Esto resulta totalmente insustentable ya que por un lado se generan residuos y hoy vivimos con un problema severo de basura electrónica y, por otro lado, la gente dedica buena parte de sus ingresos para comprar cosas que van a durar poco.

En tiempos de mis abuelos, uno compraba un refrigerador, un teléfono, un televisor, una licuadora, un mueble, etc, a sabiendas de que estos duraban mucho. Al grado que se nos ha hecho común en la actualidad la expresión “ya no duran como antes”.

Prácticamente todos los productos actuales en el mercado están hechos para ser desechados. ¿Alguien ha comprado una impresora? Si has comprado una impresora debes saber que los cartuchos de tinta cuestan prácticamente lo mismo que la propia máquina por lo que cuando se acaba la tinta te encuentras con el dilema de comprar cartuchos o una impresora nueva. Claro, ahora existen establecimientos que ofrecen  la posibilidad de rellenar los cartuchos pero estos gozan de muy mala reputación, quizá creada por la propia industria.

¿Se acuerdan cuando en todas las colonias había varios locales donde podías llevar a reparar tu plancha, licuadora o televisión? En la actualidad estos negocios han desaparecido y no se debe a que los nuevos aparatos nunca se descompongan sino a que ahora el costo de las refacciones es muy alto y el de los productos nuevos es más bajo. Digamos que en la actualidad las tiendas están llenas de productos “chafas” a bajo precio y ya no es fácil encontrar refacciones o quien repare estos aparatos. Los talleres de composturas han prácticamente desparecido de muchas colonias en todo el país, cuando antes era típico encontrarlos en las plazitas a un costado de los supermercados.

La cadena Radio y Televisión  Española realizó un excelente documental sobre el tema. “Comprar, tirar, comprar” nos presenta la historia de la obsolescencia programada. Este documental se gana al público al contar la historia oculta detrás de la corta duración de los focos incandescentes. ¿Sabías que los focos actuales están diseñados para durar 1,000 horas pero que antes se diseñaron modelos que duraban 100,000 horas?

FOTO Paola Murias

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Mauricio Bonilla

Co-fundador de Reconecta. Labora actualmente en una empresa internacional de origen mexicano como especialista en sustentabilidad estratégica. Antes fue asesor independiente en estos temas y también ha sido profesor universitario por más de seis años en sustentabilidad corporativa. Maestro en Ciencias en Negocios y Ambiente por el Imperial College London y egresado de licenciatura de la Universidad Nacional Autónoma de México. @maubon

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