Más de un millón de focas han sido masacradas y despellejadas vivas en los últimos 4 años. Es la matanza de mamíferos marinos más grande del mundo.
Cada primavera en la costa este de Canadá, los cazadores armados con rifles, picotas o mazos golpean hasta la muerte a cientos de miles de crías de focas arpa y encapuchada. Cientos de miles de crías de foca arpa serán separadas de sus madres, apaleadas con el “hakapik” (barra terminada en un arpón metálico) y desolladas para vender sus pieles.
Durante la matanza del 2008, murieron asesinadas unas 217,000 focas de las cuales el 99.8% eran crías menores de tres meses. Ese mismo año, investigadores y activistas de la Humane Society de Estados Unidos, se interpusieron entre los cazadores y las focas, grabando luego las escenas de la matanza y denunciando ante todo el mundo que las focas estaban siendo desolladas vivas. Canadá persiste en la campaña para limpiar su imagen frente a esta barbaridad, arguyendo que está prohibido usar el hakapik en focas menores de un año y que para hacer la matanza más “humanitaria” los cazadores deberán esperar al menos 60 segundos antes de desollar a la foca, para asegurarse que está muerta.
La caza es permitida por motivos comerciales (la piel de foca es altamente cotizada en el mercado internacional, además de los subproductos derivados de su matanza), pero se ampara falsamente tras el argumento de que las focas y su sobrepoblación “depredan” los bancos de bacalao de las costas canadienses, dejando desprovistos a los nativos y pescadores artesanales de este “recurso”.
Este año se pretende que la caza comience a fines de marzo, pero ya se ha fijado por ahora la cuota de caza: 60,000 animales, 10 mil más que la cuota del año pasado.
Los cazadores ya se encuentran en Nueva Escocia (Isla Hay), donde 1,900 focas grises serán asesinadas. La cuota total de caza significará la masacre del 80% de las crías nacidas este año, de acuerdo a las cifras manejadas por el International Fund for Animal Welfare, IFAW.
A pesar de la prohibición de la UE de comercializar productos o subproductos de foca, el gobierno de Canadá aún trata de convencer al público de que la cruel cacería es necesaria y gasta miles de dólares del erario público para encontrar nuevos mercados donde vender los productos y subproductos de foca, en vez de gastarlos en una medida transitoria de reemplazo de esta cruel industria.
Desafortunadamente, el gobierno canadiense firmó un tratado con China que fomentará el consumo de carne de foca y la importación de aceite. La ministra de Pesca, Gail Shea, está muy satisfecha con el trato, declaró “esperanzada en que este nuevo acuerdo podría hacer repuntar la industria de la foca canadiense”.
¿Qué podemos hacer nosotros?
Puedes asistir a las protestas en las embajadas, enviar cartas al Primer Ministro de Canadá, desde luego no comprar productos canadienses y tener muy claro que cada bocado de salmón de ese país, podría tener además, sangre de foca.
Puedes enviar una carta de protesta, en este link encontrarás ideas y las direcciones de correo de las autoridades correspondientes.
FOTO IFAW