El cambio climático (CC) es un problema difícil de entender por ser intangible, con miles de incertidumbres y muy aleatorio. No es la primera vez en la historia que ocurren cambios climáticos, pero esta vez se trata de un cambio brusco provocado por nosotros y que puede convertirse en un fenómeno incontrolable.
El CC o calentamiento global es el reto ambiental más grande que enfrenta el mundo en la actualidad. El aumento en la temperatura global de esta era se debe a la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) a la atmósfera provenientes, principalmente, del desarrollo industrial. Este aumento trae consigo cambios en los patrones del tiempo, aumento del nivel del mar y mayor frecuencia e intensidad de eventos climáticos extremos. Se ha demostrado el aumento de la temperatura promedio de la atmósfera a través del análisis de los fósiles de árboles y las capas de hielo profundas de los polos aunado a los registros de temperatura que se tienen desde hace más de un siglo.
Algunas personas piensan que el CC es un problema lejano a su vida diaria, consideran que “el bienestar del planeta” no es tan importante en comparación con las demandas inmediatas de seguridad pública, empleo y vivienda, entre otros. La realidad es que el CC es un tema transversal entretejido con lo social y lo cotidiano.
Justamente, a fines del verano de este año experimentamos algunas de las consecuencias de la elevación de la temperatura del planeta. Primero no había llovido lo suficiente en algunas zonas del país y después diversas poblaciones se vieron inundadas.
Los escenarios con los que contamos señalan que numerosos grupos sociales se verán afectados, tanto por la elevación en el nivel del mar como por los desajustes climáticos. Los efectos más negativos podrán sentirlos los países en vías de desarrollo – como el nuestro – debido a que cuentan con infraestructura y preparación deficientes.
El CC es un asunto que remite inmediatamente a las relaciones entre los países desarrollados y los que están en vías de desarrollo. Toda una discusión existe respecto a quién es el responsable del problema. Mientras que los niveles de GEI por parte de los países desarrollados va en decremento, los de los países en vías de desarrollo (primordialmente las grandes economías emergentes) va en franco aumento. De acuerdo con el Instituto Nacional de Ecología nuestro país ocupa el lugar 12 mundial como emisor de GEI, siendo las principales fuentes la quema de combustibles fósiles y el cambio de uso de suelo (deforestación).
México, además de contribuir de manera importante en las emisiones de GEI, es considerado un país muy vulnerable a los efectos del CC. Esta situación nos obliga a tomar medidas para encaminarnos hacia una transición organizada.
Debido a que el consumo de energía y el uso de combustibles fósiles son las principales fuentes de GEI en nuestro país, si queremos lograr esta transición lo primero que debemos hacer es desarrollar un esquema que nos permita pasar de un sistema de producción y consumo de energía dominante a otro ajustado a las realidades de los costos, tecnología, preferencias sociales y limitaciones ambientales. Nuestra responsabilidad como sociedad radica en mantenernos informados y exigir a nuestros representantes que adopten políticas públicas adecuadas para la mitigación y la adaptación al cambio climático.
FOTO Gavin Spencer
AUTOR Tania Mijares: Abogada ambiental, antes dedicada a la energía y al cambio climático desde el Centro Mexicano de Derecho Ambiental y ahora es asesora independiente a través de su firma, Ecoherencia.