Cabo Cortés destruye ecosistema de Baja

Organizaciones mexicanas demandan en España que no se destruya, con dinero español, una zona natural protegida que es patrimonio Unesco.

Representantes de organizaciones ambientalistas mexicanas se encuentran de visita en España del 16 al 21 de mayo para denunciar el macroproyecto turístico Cabo Cortés que planea construir la empresa española Hansa Urbana en Baja California Sur, México. Esto representa un hecho importante, pues se demuestra que el activismo mexicano puede traspasar fronteras para ir a denunciar en su propia casa a quienes amenacen con dañar (lejos de las miradas de sus interesados/stakeholders inmediatos) nuestros ecosistemas. Las organizaciones son Wild Coast, Greenpeace, Cemda y Cabo Pulmo Vivo.

Por otro lado, es también muy importante mencionar las dimensiones groseras de este proyecto. Se trata de casi 28,000 habitaciones, dos campos de golf, marina para 500 botes, canales interiores y aeropuerto privado, entre otros. ¡La capacidad hotelera proyectada es equivalente a la de todo Cancún! De esta forma, el desarrollo turístico tendría la capacidad de albergar al doble de habitantes de la población más cercana (2 horas), Los Cabos. Además, se encontrará en terrenos limítrofes al Parque Nacional de Cabo Pulmo, un área protegida de 7,000 hectáreas que consiste principalmente de uno de los arrecifes de coral mejor conservados y más antiguos.

El argumento que expresan las organizaciones y grupos locales es que Cabo Cortés causaría una enorme presión sobre los recursos naturales de la zona como el abasto de agua en esta zona desértica y problemas por los movimientos de tierra y la alteración de las dunas costeras. También existen riesgos de daño al arrecife por el arrastre de contaminantes, los sedimentos del dragado de la marina, los aceites de las embarcaciones y las salmueras de la desaladora.

También demandan a la autoridad mexicana (Semarnat) por haber otorgado el permiso de construcción en esta superficie de 3,800 hectáreas ignorando las voces de científicos y la comunidad local.

Me parece que uno de los mejores argumentos “morales” es que no se trata de algo necesario para la zona como lo ha manifestado Greenpeace. Este proyecto desviaría la atención e inversión que debería estar llegando a los destinos que ya existen y que no acaban de superar la crisis. Sin mencionar que desarrollos así, con capital extranjero (español en este caso),clientes estadounidenses y ganancias que se van de México, no traen muchos beneficios al país ni a las comunidades locales.

Como podrán notar en la página web de la empresa Hansa Urbana, la sustentabilidad y la responsabilidad corporativa no es algo digno que merezca importancia pues ni siquiera hacen mención de ella, hay que esperar a que actualicen su página.

Algo que resaltar entonces es el activismo internacional de las ONG’s mexicanas que también podría canalizarse hacia otras naciones como Canadá, cuyas empresas mineras han encontrado una muy redituable inversión a costa de nuestra naturaleza y cultura.

FOTO Cortesía de Wild Coast/Ralph Lee Hopkins

Mauricio Bonilla

Co-fundador de Reconecta. Labora actualmente en una empresa internacional de origen mexicano como especialista en sustentabilidad estratégica. Antes fue asesor independiente en estos temas y también ha sido profesor universitario por más de seis años en sustentabilidad corporativa. Maestro en Ciencias en Negocios y Ambiente por el Imperial College London y egresado de licenciatura de la Universidad Nacional Autónoma de México. @maubon

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