Biodiesel, un arma de doble filo

El Biodiesel es un combustible para vehículos con motor diesel, hecho a base de aceite vegetal usado que puede sustituir al combustible de origen fósil (el diesel convencional). A diferencia de este último (que libera bióxido de carbono a la atmósfera que ha estado enterrado por millones de años), quemar materiales vegetales libera solamente bióxido de carbono que las plantas han absorbido durante su crecimiento.

Desde 1898, el inventor Rudolph Christian Carl Diesel trabajó para encontrar un combustible alternativo; creó un motor impulsado por combustible de aceite de cacahuate buscando que la pequeña industria, los granjeros, y la “gente común” pudieran dejar de depender de las grandes industrias que controlaban la producción de energía. A principios del siglo XX se crearon los primeros motores de biodiesel. Sin embargo, las compañías petroleras descubrieron a finales de los años 20’s un producto derivado del petróleo que podía usarse como combustible en el motor diesel y es el combustible que hoy en día conocemos como diesel.

Mi amigo Shimi Ref produce su propio biodiesel con aceite usado, pero cuando le preguntan qué es biodiesel lo primero que suele decir es “el biodiesel es un crimen contra la humanidad – si sustituyéramos todo el diesel producido del petróleo por biodiesel de origen vegetal causaríamos un daño ambiental enorme”. El único uso justificado del biodiesel –agrega Shimi- es el producido a partir de aceite usado; es una solución parcial y local, pero no la solución mágica para la crisis energética mundial.

Mientras que Estados Unidos y la Unión Europea se fijan metas para expandir el uso de combustibles vegetales en el transporte, un reporte de la ONU los definió como posibles causantes del deterioro ambiental (al fomentar la deforestación) si la producción se hace a gran escala para sustituir a los combustibles fósiles.

Entonces, ¿Por qué vale la pena producir biodiesel casero? 1. Es más limpio y más barato para quien lo produce 2. Puede ser usado en cualquier vehículo diesel 3. Puede mezclarse con diesel sin problema (por ejemplo si la producción de biodiesel no es suficiente) 4. Da cierta independencia de abastecimiento y de costos fijos a quien lo produce.

Algunos estudios demuestran que en comparación con combustibles de petróleo, el biodiesel produce hasta 80 por ciento menos gases contaminantes; además, en vez de que el aceite usado llegue al drenaje o termine en rellenos sanitarios, es refinado y quemado dándole un uso adicional. Shimi recolecta varios galones de aceite de falafel (fritura típica de medio oriente) y le cuesta 1 shekel (1 shekel= 3.5 pesos) por litro producir el biodiesel en casa, mientras que el litro de diesel en el mercado está en más de 6 shekels; de modo que desde el punto de vista económico es rentable. Desde el punto de vista ético es una solución aceptable siempre y cuando sea a nivel individual, cuando hablamos de producirlo en masa empieza a ser muy cuestionable.

“Por un litro de biocombustible se consumen más de 100 litros de agua mientras que para producir un litro de gasolina se consume menos de 1 litro de agua.”

Hay otros aventureros seguidores del biodiesel por el mundo, como la pareja argentino-estadounidense que viajó desde California hasta Argentina. En verano de 2004 Mali Blotta y David Modersbach, junto con su hijo Emilio, recorrieron 17,600 Km. usando un Volkswagen de 300 dólares comprado en el sitio web de subastas eBay. Lo adaptaron para poder viajar usando aceite reciclado, cada tantos kilómetros recolectaban aceite usado de restaurantes o fábricas, lo filtraban y así completaron el viaje; en algunos lugares fue difícil encontrar aceite y tuvieron que esperar hasta 2 semanas para conseguirlo. Este es un buen ejemplo de un viaje “ecológico” ya que viajar por tierra es mucho menos contaminante que volar, y hacerlo utilizando aceite usado es probablemente, después del caballo, el transporte más amigable con el ambiente.

Los biocombustibles como el biodiesel son un ejemplo de una solución útil pero solo a pequeña escala. No existen cantidades suficientes de aceite usado para cambiar los sistemas de transporte del mundo, y comenzar a producir aceite vegetal para usarlo en transporte en lugar de usar esas tierras para producir alimentos puede convertirse en un claro ejemplo del dicho “es peor el remedio que la enfermedad”.

Y en la Política…

El interés del gobierno mexicano en los biocombustibles es más bien un intento por “no quedarse atrás” en la carrera mundial para usar combustibles que reduzcan las emisiones de efecto invernadero, a pesar de que dicha cualidad de mitigación es muy dudosa y de que el daño causado a los ecosistemas esta más que comprobado.

La revista Science publicó en febrero de este año un artículo que afirma que los cálculos hechos en torno a los biocombustibles y su generación de menos carbono son muy cuestionables. Lo anterior se debe a que el uso de los cultivos destinados a la producción de combustibles generan la misma cantidad de carbono que los combustibles fósiles, producen un alza en los precios de los alimentos y un aumento en la deforestación para abrir más tierras cultivables.

Los biocombustibles parecen ser un espejismo que ha encandilado al mundo y ha abierto nuevos horizontes de negocios para muchos. Sin embargo, la verdadera solución a la contaminación está en reducir la demanda de energía y en reducir el consumo de diesel y gasolina. Mejorar el transporte público y desincentivar el uso del automóvil son soluciones más adecuadas y baratas que producir biocombustibles.

¿Cómo se produce?

Cualquiera puede hacerlo, no se necesitan conocimientos técnicos especiales. Se puede armar un sistema con un barril y algunas mangueras. El biodiesel no es flamable, de modo que puede almacenarse en casa sin peligro. El proceso consiste en separar los dos elementos del aceite usado: ésteres metílicos y ácidos grasos (glicerina).

Paso por paso:

1. Se filtra el aceite usado

2. Se agregan cantidades iguales de metanol y potasio

3. Se calienta la mezcla a una temperatura de 60-70°C y se deja reposar 12 horas

4. La glicerina y el metanol se asientan y los ésteres metílicos (la sustancia que queremos) y el potasio flotan

5. Por medio de una llave en la base del barril drenamos la glicerina que después puede utilizarse para producir jabón

6. Agregamos agua por la parte superior, como es más pesada que el aceite, se hunde llevando consigo el potasio

7. Abrimos la llave para drenar el agua y el potasio y nos quedan ésteres metílicos limpios. Listo, hemos producido biodiesel

8. El agua con potasio se puede usar como fertilizante, es buena para regar y no representa peligro alguno.

Dalia Bali

Ecofreak, nadadora, fotógrafa, permaculturalista y bailadora. Sabe un poco de todo y de nada al mismo tiempo. Maestra en Tecnología Ambiental por el Imperial College London y es diseñadora en permacultura.

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