Me encanta que haya terminado el Guadalupe-Reyes. Ya estaba harta de comer como vaca de engorda. No hay como llegar a enero con unos innumerables kilos de más, un montón de cosas nuevas que no necesitas y una cartera más flaca que las conciencias de algunos políticos.
Enero sirve para renovarse o pensar que uno se puede renovar. Todo mundo empieza pensando “Año Nuevo, vida nueva.“ Nada más falso. Pero todavía no es tiempo de decirlo, sino hasta abril o mayo cuando notamos que los propósitos no sirvieron sino para adquirir deudas en un gimnasio al que sólo fuimos a inscribirnos.
El cambio de hábitos de golpe y porrazo rara vez funciona. Encontrar la fuerza de voluntad en un inicio de año es un mito urbano. Esto no quiere decir que no podamos hacer algo para ayudarnos.
Tanto pesimismo y todavía no llego a nada. Pero ahí voy. Propongo un experimento muy simple para empezar el año con el pie derecho. Busquen un área de su casa que quieran limpiar. Puede ser un cajón, o un clóset o toda una habitación. Tienen 10 minutos para sacar 15 cosas que ya no quieran o ya no vayan a usar. Antes de hacerlo, tomen dos cajas: una será para cosas que no pueden ser reutilizadas y otra para las que sí. Deben sacar 15 cosas por día y el tiempo límite es de 10 minutos.
“Saca 15 cosas de un área tu hogar en 10 minutos”
Cuando terminen, desechen las cosas de la primera caja (las que no pueden ser reutilizadas) y la otra guárdenla fuera de su casa o del cuarto donde estén limpiando. Repitan esta operación hasta lograr el objetivo. La caja con las cosas que pueden ser reutilizadas por alguien más debe estar fuera de la casa y en su destino final al día siguiente de que terminaron.
Si esto lo hacen con cada habitación de su casa, verán que respiran mejor, se puede asear mejor y hay más luz. Incluso, pueden notar que tienen más cosas que ponerse, porque ya no les estorba la visión el suéter que les tejió su abuelita cuando iban en primaria y además tendrán lugar para el próximo Guadalupe-Reyes.
Si este ejercicio lo hiciéramos con regularidad podríamos tomar mayor conciencia al momento de permitir la entrada de nuevas cosas y evitar productos de poca vida útil y obsolescencia rápida.
FOTO Brittany H