Cerca de un tercio de todos los alimentos producidos en el mundo es desperdiciado. Esto es aún más perturbador cuando consideramos que el hambre mata a mucha más gente que varias enfermedades juntas. Por si fuera poco, la comida desechada es una fuente importante de gases de efecto invernadero cuando se lleva a un tiradero.
1. Planea con anticipación
Antes de ir de compras, revisa el refrigerador y la alacena. Calcula cuantos alimentos realmente necesitas y solo compra esa cantidad.
2. Compra frecuentemente
Ir de compras seguido ayuda a que no compremos demasiado. En los mercados puedes encontrar productos en pequeñas cantidades a diferencia de los grandes supermercados. También puedes optar por visitar tiendas o mercados especializados en productos orgánicos. En la Ciudad de México visita el Mercado del 100, El Tianguis o el mercado del trueque.
3. Cuidado al comprar mayoreo
A pesar de que comprar al mayoreo o paquetes grandes es más económico y requiere menos empaque, ten cuidado de no comprar más que lo que necesitas. No estarás ahorrando dinero si lo terminas tirando a la basura porque se echó a perder.
4. Sirve porciones pequeñas
Sirve porciones más pequeñas en las comidas, la gente suele dejar menos comida en su plato. A fin de cuentas, siempre puedes servir un poco más.
5. Almacena la comida de forma segura
Refrigera rápidamente la comida que sobre y cómela pronto. Algunos productos como las manzanas duran más en el refri pero otros como ajo y tomates suelen echarse a perder más rápido con el frío.
6. Fechas de caducidad
Debemos comprenderlas bien. En muchos casos, son simplemente fechas para consumo óptimo por lo que podrías comer los alimentos por un par de días más.
7. Pídelo para llevar
Las porciones de algunos restaurantes pueden ser muy grandes como para terminarlas en una sola comida. Sin pena, pide para llevar lo que no alcances a comer.
FOTO Jeremy Brooks