¿Siete mil millones de habitantes y quieres más hijos?

Antes de soplar las velitas y celebrar, debemos echar un ojo a los números y analizar por qué de pronto pasamos de ser de mil millones a 7 mil millones en solo ciento cincuenta  años y los retos que esto nos impone a todos.

En 1804 fue el año en que llegamos al mil millones, tomó miles de años para lograr alcanzar esa cifra, pero no fue hasta que llegó la revolución industrial que las cosas enloquecieron y la explosión demográfica cambió la faz del planeta. ¡Y vaya que fue explosión! En 1927 llegamos al 2 mil millones y en solamente poco más de 30 años, en 1959,  llegamos a los 3 mil millones. En este punto se soltaron los conejos porque  en 1974 ya éramos 4 mil millones, llegó 1987 y le dimos al 5 mil millones, en 1999, 6 mil millones y ahora, en solamente 12 años llegamos a 7 mil millones de consumidores. Bueno, la misma ONU estima que existe un margen de error del 1-2%, significando que podemos ser entre 56 millones más o 56 millones menos de los estimado, pero lo cierto es que  la población sigue creciendo y  por  aproximadamente doscientos mil al día.

Las Naciones Unidas han dado a conocer algunos escenarios, el más aceptado es que para el 2025 estiman 8 mil millones, 9 mil millones para 2050 y 10 mil millones para el 2100. Pero el no tan alentador es que para el 2100 seamos más de 15 mil millones de habitantes. Honestamente, esta cifra da miedo.

Analicemos lo que ha sucedido. Revolución industrial, en Inglaterra se inventó una maquinita de vapor, impulsada por carbón que bombeaba agua fuera de las minas de carbón. Las consecuencias de la fabricación de esta máquina cambió la forma de producir, de transportar, de construir, etc., en otras palabras, cambió por completo nuestra relación con todo. Esta revolución también logró crear máquinas que lograban extraer, transformar y transportar combustibles fósiles, es decir, carbón y petróleo, una forma de energía súper concentrada y barata que permitió que se diera esta revolución.

Nada sobre este planeta tiene tanta concentración energética como el petróleo y el carbón. Si analizamos la relación, es exactamente la revolución industrial y el uso de los combustibles fósiles lo que acompaña e impulsa a esta explosión demográfica aunado a los avances en la medicina. Pero hay un factor muy olvidado frecuentemente, la agricultura.

Los avances en la agricultura en el siglo XX también tienen su origen en la revolución industrial, no solo por la fabricación de maquinaria especializada, sino también por la producción de fertilizantes sintéticos a base de petróleo, que en combinación con plaguicidas y pesticidas también sintéticos, ayudaron a alimentar y al mismo tiempo a impulsar el crecimiento poblacional. En otras palabras, si somos tantos, es en parte porque el petróleo y su implementación en el campo lo han permitido.

¡7 mil millones! ¡Muy bien felicidades a todos por echarle ganas  para sobrepoblar! Ahora el problema es alimentarnos a todos.

Si varios países han alcanzado un punto máximo de extracción de petróleo, el restante es cada vez más caro de extraer o se encuentra en zonas políticamente inestables incrementando su precio (recordemos que en solo 4 años su precio aumentó de 30 dólares a 100 dólares por barril) y contamos además los necesarios cortes del uso del petróleo para disminuir las posibles consecuencias del cambio climático… ¿Cómo lograremos alimentar a estas miles de millones de personas con cada vez menos petróleo y siendo éste cada vez más caro? Tenemos que adicionar los impactos en la agricultura que el mismo cambio climático ya ha demostrado tener y tendrá con consecuencias cada vez más devastadoras.

El alimentar a 7 mil millones de personas implica utilizar millones de toneladas de fertilizantes sintéticos para lograr mantener la intensidad de producción, para de esta manera mantener un flujo constante de alimento,  junto con una masiva implementación de control de anti plagas sintéticas.

Además, se requiere de miles de millones de litros de petróleo para transportar todo este alimento a cada esquina del planeta, para aportar energía para la distribución del agua para riego, combustible para la maquinaria de producción, etc. En otras palabras, con menos petróleo  y las consecuencias que tiene su uso respecto al clima, el hecho de tener tantos hijos no se ve tan prometedor.

Muchos dirán que la tecnología y las alternativas verdes lo resolverán todo, pero las cosas no parecen tan claras. Hasta ahora, por ejemplo,  no se ha demostrado que la agricultura orgánica logre mantener el mismo nivel de intensidad en la producción para alimentar a millones de millones. Los beneficios reales de los organismos transgénicos son menos de lo esperado y siguen en duda.  Al mismo tiempo, si adicionamos que muchos gobiernos le apuestan a los biocombustibles como sustituto a los combustibles fósiles, entonces tenemos un estrés adicional con respecto al espacio y el uso de suelo para la producción y el precio de alimentos.

Considero que todos tenemos derecho de tener la cantidad de hijos que queramos, pero junto con este derecho viene una responsabilidad. Si quieres hijos, entonces tienes que planear como los vas alimentar, si como sociedad sabes que tu petróleo se acaba y el restante es caro, que no existen alternativas de producción masivas capaces de sustituir la agricultura comercial a base del petróleo,  que no hay agua y tierras fértiles suficientes para la producción en masa (en parte debido a la desertificación y el cambio climático), que los  biocombustibles competirán por el espacio con la producción de alimentos, etc. ¿Qué tan prometedor es el futuro?

Como todos sabemos, parte del problema es la falta de planeación en todo el ciclo de producción de alimentos, en la inequidad social, en la falta de acción política y en la irresponsabilidad de la gran mayoría de las empresas. Pero el sistema mismo es difícil de cambiar.  ¿Cómo cambiarlo sin voluntad política y sin la sociedad civil presionando? No hay forma. Millones de personas mueren al año por desnutrición y hambre y puede que esto no mejore, sino hasta empeore.

¡Felices 7 mil millones!

FOTO Robin Utraik

Para mayor información

http://populationmatters.org/

http://www.fao.org/

http://www.paulchefurka.ca/Population.html

http://www.unfpa.org/public/

Carlos García-Robles

Licenciado en Relaciones Internacionales por la UNAM y Maestro en Planeación Ambiental por la Universidad de Roskilde en Dinamarca. Fue coordinador nacional de GYAN México, es actualmente coordinador de diversos proyectos en Amigos de la Tierra Dinamarca e imparte clases sobre energías renovables y sustentabilidad en Dinamarca. Además es guitarrista en varias bandas de heavy metal. Carlos escribe principalmente en la columna Desde el Frente de Reconecta.

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