Parece fácil identificar a un producto o servicio sustentable pero no es una tarea sencilla. Desafortunadamente no hay una receta ni una lista definitiva de características para saber si algo es o no es sustentable.
Una forma de evaluar a un producto o servicio verde es si este es responsable con el ambiente y la sociedad. Esto significa que es respetuoso de la gente que los produce y los usa y de la naturaleza donde se fabrican y usan. La sustentabilidad es como una relación de largo plazo en la que unos a otros se cuidan. Se trata de equidad, de dar más que de tomar.
La siguiente es una lista, NO definitiva, de algunos criterios que puedes emplear al momento de tomar decisiones.
• “Natural” no es sinónimo de ecológico o sustentable.
“Eco-amigable” es una expresión sin sentido que muchas veces puede significar que el fabricante no sabe de lo que está hablando.
• Diseño clásico (que no esté a la moda) y bien hecho. Algo que está bien hecho, atemporal y no es de última moda, es algo que puedes tener toda la vida o venderlo o regalarlo para que alguien lo siga usando.
• Demostrar cuidado por la gente que provee las materias primas, fabrica y ofrece el producto. La sustentabilidad también se trata de la gente. Aquí es primordial considerar las prácticas y las condiciones laborales. Además, es ideal que la manufactura de un producto contribuya positivamente a la comunidad.
• Tomar en cuenta todo el ciclo de vida del producto, desde la extracción hasta la manufactura, el transporte, el uso y el mantenimiento. Se debe demostrar cuidado por la naturaleza (ecosistemas, plantas y animales) de la que depende la producción y el uso.
• Uso de materiales que sean relativamente benignos durante su fase de extracción como: reutilizados, reciclados, renovables y orgánicos, entre otros.
• Uso de materiales pensando en el final de su vida útil. Productos pensados para su deconstrucción como usar materiales reutilizables, reciclables o biodegradables.
• Uso razonable de energía durante su fabricación y uso. Por ejemplo, un producto que consume muy poca energía durante su uso o una empresa que se abastece con energía de fuentes renovables o, en última instancia, una empresa que compensa sus emisiones a la atmósfera.
• Son productos o servicios funcionales que satisfagan un propósito útil.
• Promueven un estilo de vida amable, en el que se dedique más tiempo a vivir.
• Lo local y pequeño siempre será más sustentable, sin embargo, algo puede venir del otro lado del mundo pero es renovable. De igual modo, algo fabricado en tu ciudad puede ser tóxico.
Debemos recordar que es difícil establecer parámetros exactos ya que estos casi siempre son relativos. Por ejemplo, un automóvil híbrido es más verde que casi todos los coches pero sigue siendo mucho más sucio que un auto eléctrico, pero este último es más sucio que una bicicleta y es más sustentable caminar. Todo depende de que estés comparando.
La sustentabilidad es una forma de conducirse, un punto hacia el que nos dirigimos en una mejora continua. Cuando estemos muy adelantados en este camino podríamos vivir dentro los límites del planeta, es decir, con una huella ecológica menor a una Tierra.
La clave está en mantenerse informado y en interesarse sobre lo que hay detrás de cada producto o servicio. En las empresas recae la responsabilidad de permitirnos ver cómo hacen su negocio.
ILUSTRACIÓN Javier Ortiz