¿La modernización puede mejorar los ecosistemas urbanos?

Se pueden reducir costos, crear un entorno más placentero y hasta incrementar las ganancias si tomamos en cuenta los alrededores naturales cuando se planea hacer una remodelación o modernización.

A todos nos gusta una habitación con una vista bonita, pero cuando se trata de planear un edificio hacia el futuro tendemos a olvidar acerca del mundo más allá de sus paredes. Nos fijamos en la propia estructura (los cimientos y pisos) aislándola de su entorno. Pero el desempeño de un edificio depende mucho de las condiciones del exterior. Los diseños más inteligentes son una parte activa de los ecosistemas locales: emplean el calor del sol, facilitan el flujo de aire fresco o aprovechan árboles y declives para dar cobijo. También devuelven: hábitats para la vida silvestre y áreas verdes para mantener fresca una cuadra de edificios.

Libélulas revolotean sobre plantas perenes, brotando en un antiguo desierto de pavimento

A penas se comienza a reconocer el valor que ofrecen los ecosistemas locales a las zonas urbanas. Un estudio reciente en Nueva York concluyó que los árboles de la ciudad valen 122 millones de dólares gracias a su tarea de reducir la contaminación, mejorar la estética y mantener la temperatura cómoda de la ciudad.

Casi nunca se consideran estos “servicios” cuando un equipo de planificadores se pone a trabajar en un proyecto retrofit o de remodelación. Sus evaluaciones rigurosas pueden cubrir un amplio rango de tecnologías, evaluando su potencial de ahorro de energía, costos y devoluciones, pero pueden no considerar los beneficios que aporta una azotea verde.

Es una oportunidad perdida. Cuando vemos el panorama general, nos damos cuenta de que varias medidas tienen sentido para el entorno construido y el natural. Tomemos como ejemplo las azoteas verdes. No solo aíslan un edificio como una colcha sino que también controlan la caída del agua de lluvia, ayudan a mantener frescas las áreas urbanas y sirven como hábitat de polinizadores y otra vida silvestre. La vegetación también puede prolongar la vida útil de un techo al reducir la presión sobre los materiales causada por la erosión y el desgaste.

El inconveniente es que la instalación de los techos verdes es costosa, en algunos casos cuesta el doble que un techo convencional. Pero el costo inicial puede regresarse a través de ahorros de energía. Algunos proyectos en EUA han reducido 30% los costos por aire acondicionado, de acuerdo a Paul Mankiewicz, Director de Gaia Institute, una institución ambiental de Nueva York. De forma similar, los 6,000 m2 de áreas verdes instalados en Canary Wharf (Londres, Reino Unido), han resultado en grandes ahorros de calefacción. De acuerdo al gerente del edificio de la calle South Colonnade, hogar de Barclays Capital, la nueva azotea cortó la necesidad de calentar o enfriar totalmente el último piso, “nos ahorramos el equivalente a 100 mil pesos al año”. En Singapur, el Hospital General Changi descubrió que los vegetales producidos con hidroponia en las azoteas no solo proveen de alimentos para pacientes sino que también absorben calor del techo y enfrían las áreas debajo. Los ahorros en recibos de energía son canalizados hacia el cuidado de los pacientes.

Los ahorros económicos no son el único beneficio de las azoteas verdes. También han sido ligadas a una mayor productividad y una menor rotación entre personas que trabajan en oficinas urbanas, un fenómeno que se conoce como “biofilia”.

La empresa tiene más ganancias, gracias a la vista.

Ocho pisos arriba del barullo de la Avenida de las Américas de Nueva York, un poco de naturaleza muestra el pasar de las temporadas con sus tréboles, pastos y flores. Esta terraza de azotea es el hogar del trabajo de los arquitectos Cook + Fox. A través de sus ventanas, los empleados observan el vuelo de libélulas y mariposas monarca sobre plantas perennes rosas y amarillas, brotando en lo que era una techumbre negra. Esta nueva alfombra de colores crece a partir de unos sacos de nylon negro. Rellenos con una mezcla de composta y rocas, estas ofrecen una infraestructura más ligera que otros techos verdes, cuya composta y capas de filtración requieren refuerzo estructural. Además, estos sacos cuestan menos de la mitad: el equivalente a 1,365 pesos por metro cuadrado. Los socios del despacho sostienen que la instalación, hecha en 2006, es una de las mejores decisiones que han hecho. Aunque probablemente sus vecinos del piso inferior obtengan los mejores beneficios por sus cualidades de enfriamiento, Rick Cook dice que los ingresos de su despacho arquitectónico son más grandes gracias a la vista.

Hay más personas que ya han estudiado el potencial que tiene un ambiente construido biodiverso mejorar las ganancias. British Land, el desarrollador más grande del Reino Unido, ha planeado un “collar verde” alrededor de un centro comercial en Teeside (como parte de una remodelación) que incluirá un albergue de nutrias, estanques, jardines y aves. “Se trata de que la gente se sienta más conectada con la naturaleza y disfrute los lugares donde trabaje”, dice Sarah Cary de British Land. Pero admite que es difícil considerar esta inversión en las cuentas. “Tristemente, el valor (percibido) es más social”, dice Cary.

Rafael Marks de la firma de arquitectos Penoyre & Prasad coincide: “la forma en la que funciona una licitación significa que la biodiversidad es principalmente un primo pobre. Todo depende de los deseos del cliente”.

Actualmente, Marks está trabajando en la modernización de un centro juvenil destartalado, ubicado en una vieja subestación eléctrica en un parque del norte de Londres. Su nueva función será un centro de educación ecológica con tecnología de punta, por lo que es una gran oportunidad de hacer del edificio un mejor lugar para su entorno.

Una solución es iluminación exterior  con un diseño de párpado, limitando la contaminación lumínica que genera un caos en los murciélagos locales. Los murciélagos salen a alimentarse cuando se mete el sol, pero los altos niveles de luz artificial en las áreas urbanas hacen que simplemente no sepan a qué hora se hace de noche.”La iluminación será tan baja como sea posible sin que sea inseguro para caminar en el parque”, dice Marks.

Otro proyecto de retrofit tuvo que planear alrededor de un grupo de búhos que viven en un establo del siglo XVIII. “Cuando planeamos la conversión de un establo cerca de Cambridge construimos una casa para búhos en algunos remates del techo”, dice Katie Thornburrow de Granta Arquitectos que se especializa en diseño sustentable. Su cliente, Chris Bristow, se siente “honrado que estas hermosas criaturas vivan en nuestra casa. El costo de la casa para búhos fue muy bajo”.

Suena económico, pero esos esfuerzos bien podrían quedarse en una preocupación de nicho, sin ningún incentivo financiero que mueva a los desarrolladores.

“Seamos honestos”, exclama Stuart Wykes, director administrativo de agregados de Lafarge UK. “Las actividades de construcción y remodelación son, por naturaleza, invasivas del paisaje. Pero también dan una oportunidad de crear un paisaje y un hábitat: para mejorar lo que empezaste. Nosotros lo vemos como que el día que empiezas a quitar materiales o demoler algo es el día en que empiezas tu programa de remodelación”.

¿Quién no estaría de acuerdo? La pregunta es, ¿verán los conservacionistas la oportunidad que representan las remodelaciones para armonizar el ambiente construido con los ecosistemas valiosos? ¿O nuestros esfuerzos por reducir el carbono serán a costa de la vida local?

AUTOR Charlotte Sankey con materiales adicionales de John Eischeid and Anna Simpson.

FOTO Cook & Fox

Green Futures

Este artículo fue publicado originalmente en Green Futures, la revista de Forum for the Future que ofrece soluciones prácticas, rentables e inspiradoras para un futuro sustentable. Presentado en español por Reconecta bajo convenio con Green Futures. http://www.forumforthefuture.org/greenfutures

Top